viernes, 23 de mayo de 2014

Explicación de la supuesta contradicción, entre la eficiencia en el uso del agua y la vulnerabilidad frente a sequías, en el maíz. Rol del sorgo

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      En entregas anteriores hemos demostrado que el maíz es muy eficiente en el uso del agua y que el incremento constante de los rendimientos de grano favorecieron también a los mejores híbridos para silaje, produciendo más forraje de la planta entera con más energía y mejor digestibilidad. Sin embargo en un artículo reciente de la Revista Science del 2 de mayo (Vol. 344 N° 6183 pp. 516-519, mencionado también en Nature) basados en mediciones del Déficit de Presión de Vapor determinaron que los híbridos modernos tienen mayor vulnerabilidad frente a sequías y esa mayor sensibilidad se ha producido a pesar del mejoramiento genético y del aumento de dióxido de carbono en el ambiente. 


Lo atribuyen a la tendencia agronómica de aumentar densidades de siembra. 

      También habíamos mencionado en otra entrega que los buenos híbridos para silaje deben soportar densidades entre 15 y 20% superiores a las recomendadas para la producción de grano. Y esto se debe a que la producción total de materia seca digestible será mayor aunque produzca menos grano. En esto coincidimos con ese y otros trabajos que demuestran que si bien los maíces modernos toleran densidades más altas, ante condiciones adversas, mayores densidades a las recomendadas pueden ocasionar disminuciones significativas en el rendimiento en grano. Recordemos que el grano en la planta entera de maíces sileros representa el 42% del total, en promedio. Y que en el maíz para silaje el 58 % restante puede aportar azúcares solubles y fibra digestible que compensan, en parte, la menor producción de almidón del grano.


La planta del maíz moderno es una gramínea muy particular. No tiene macollos o son muy débiles ya que el tallo principal tiene una dominancia apical absoluta y con una espiga gigantesca a la que la planta destina prioritariamente y desde la fecundación, todas sus reservas y fotosintatos. Esa estructura de planta sin macollos es menos plástica que, por ejemplo, el sorgo. El macollamiento es una de las características que posee el sorgo que hace que se adapte mejor a condiciones de estrés hídrico. Pero el constante y formidable mejoramiento genético a que ha sido sometido el maíz, sumado a las características del género Zea, lo transforman en una especie muy eficiente fotosintéticamente y en el uso del agua. Y no es contradictorio que ese maíz moderno sea, al mismo tiempo, más vulnerable a las sequías. El manejo agronómico para lograr rendimientos máximos incluye el aumento de la densidad, algo para lo que el maíz no está tan bien adaptado, ya que la selección ancestral y la de los híbridos del siglo pasado fue en el sentido opuesto favoreciendo una estructura de planta para producir grano poco adaptada a densidades que superen 7 a 8 plantas por metro cuadrado. 


   Hoy, en ambientes agrícolas de bajo rendimiento o limitantes, una densidad de siembra para lograr 40.000 plantas por ha permite rendimientos cercanos a los 6.000 kg/ha de grano, que podrían bajar a la mitad si se duplicara la densidad. Hace más de 30 años en Villa Mercedes (S.L.) con el híbrido doble Dekalb 4F37 obteníamos 4.000 kg de grano en secano con esa misma densidad, lo que demuestra el progreso genético (2.000 kg) logrado comparado con el presentado más arriba. Y en condiciones óptimas bajo riego y fertilización completa para acercarnos al potencial, obteníamos también en Villa Mercedes y con el mismo híbrido, 12.000 kg de grano por ha con una densidad 60.000 plantas por ha. Esto último demuestra la eficiencia productiva del maíz sin limitantes de agua y por ende sin esa vulnerabilidad presentada al comienzo de esta nota. Un híbrido simple moderno bajo riego, hoy agronómicamente, no se realizaría con menos de 80.000 plantas por hectárea. Por tipo de híbrido actual (simple) y por estructura de planta, esas densidades aseguran rendimientos cercanos a los 17.000 kg por hectárea.
   Volvamos al ejemplo de 40.000 plantas para un ambiente de bajos rendimientos y supongamos 80.000 plantas para ambientes de alto rendimiento, Revisando ensayos en el ambiente de alto rendimiento encontramos que podemos lograr más de 9.000 kg de grano por ha. Si hacemos la relación veremos que con 40.000 plantas en ambientes complicados obtenemos en promedio 150 gramos de grano por planta y con 80.000 plantas 115 gramos por planta. El rendimiento por planta entre ambientes disminuye, en el ejemplo, un 23 %. Esto demuestra que la planta de maíz está menos adaptada a altas densidades y que ni la prolificidad (que difícilmente llegue a 1,15) ni el macollamiento (que fue contra seleccionado por siglos) lo pueden compensar. Por eso, tanto en la selección de nuevos híbridos como en los manejos agronómicos se recurre a la mayor densidad
   Como alternativa para condiciones de déficit hídrico marcado o ambientes agronómicamente más limitantes, está el sorgo para grano, que tiene una estructura de planta macolladora más plástica, de mayor rusticidad y con un grano energéticamente similar. Para destino silaje, en esos ambientes limitantes las diferencias entre especies se mantienen, aunque como ya se mencionó, el maíz para silaje compensa mejor la disminución del porcentaje de grano con tallos y hojas, más nutritivos y con mayor cantidad de azúcares solubles en los tallos. En condiciones limitantes el maíz y el sorgo no compiten, se complementan y se adaptan diferencialmente a sistemas productivos y categorías de animales.