Entre 2007 y 2013 la FAO publicó y organizó eventos
relacionados con la ganadería mundial y el ambiente y la revista Nature acaba
de publicar un artículo sobre Pasos para una
ganadería sostenible, ambos enfocados a que los rumiantes pueden producir
los alimentos para las personas de manera más sostenible para el planeta, en
especial disminuyendo las emisiones de metano. La demanda de productos pecuarios continuará aumentando a medida que,
tanto la población humana como los ingresos per cápita sigan creciendo, porque
quienes evolucionan socialmente requieren más proteína (carne y leche) Según la
FAO, en el mundo los rumiantes domésticos siguen aumentando y las existencias
actuales son:
1.525 millones de
vacunos, 1.175 millones de ovinos y 1.040 millones de caprinos.
Obsérvense en el
siguiente Gráfico cantidades y distribuciones:
El número de rumiantes domésticos baja en los países desarrollados (developed) y crece en los países en vía de desarrollo (developing) entre 1992 y 2012.
Nature 507: 7490, Comment, 2014
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La población Bovina en las Américas
se aprecia en el gráfico siguiente (FAO):
La
importancia Regional de los bovinos es evidente, Necesitamos forrajes más productivos y de la
mejor calidad posible para producir carne y leche. Complementariamente, desde
la región se produce soja que en gran medida es utilizada en otros países fuera
de la Región para alimentos y biocombustibles (este desafío ya fue planteado en
otra entrada sobre sojización).
Desde la
óptica de los FORRAJES CONSERVADOS, el valor nutritivo de los forrajes necesita
ser considerado en distintos aspectos productivos y complementariamente desde el punto de vista de la sustentabilidad.
La relación entre el metano atmosférico y el aumento de la población de rumiantes no se ha dado como se había teorizado, todo lo contrario (ver Gráfico FAO 2007)
Relación grandes rumiantes : concentración de metano atmosférico (FAO IAEA) |
Los
rumiantes, básicamente deberían pastorear (pastar) en pasturas cultivadas o
naturales y pueden suplementarse con heno, silaje y residuos de los cultivos
ricos en fibra. Todos estos alimentos de los rumiantes no son aptos para el
consumo humano, quiere decir que no compiten. Pero esto fue alterado
significativamente con la intensificación de la producción, salvo en Nueva
Zelanda que con sistemas pastoriles intensivos, el 90% de la alimentación en
general proviene del pastoreo directo en pasturas. Pero aún en el resto de los
sistemas intensivos del mundo, donde los granos de cereales son utilizados en
grandes cantidades, cerca del 60% de la dieta es rica en fibra que los humanos
no pueden aprovechar directamente, aunque sí indirectamente. Con esto no
estamos más que corroborando que los alimentos básicos de los rumiantes son los
pastos, henos y silajes, complementados más o menos eficientemente con cereales
(granos). Pero esa realidad hoy tiene
distintas miradas asociadas a la sustentabilidad, tema al que debemos prestar
atención y ocuparnos, aunque
1) sin
entrar en fundamentalismos que ubican a los rumiantes como los reos del
calentamiento global
2) considerando posibles conflictos con los
granos de uso en alimentación humana, animal y biocombustibles
3) evitando los excesos en la intensificación y
manteniendo las ventajas de los rumiantes para utilizar alimentos fibrosos.
Todo lo que contribuya a mayor sustentabilidad, como mejorar la calidad de los
alimentos para rumiantes, deberá ser promovido.
Bibliografía consultada
Eisler Mark C., Michael R. F. Lee, John F. Tarlton, Graeme B.
Martin, John Beddington, Jennifer A. J. Dungait, Henry Greathead, Jianxin Liu,
Stephen Mathew, Helen Miller, Tom Misselbrook, Phil Murray, Valil K. Vinod,
Robert Van Saun& Michael Winter. 2014. Agriculture: Steps to sustainable
livestock. Nature 507: 7490