De
los tres cultivos más importantes en el mundo, arroz, trigo y maíz, sólo este
último tiene un uso más diversificado del grano y la planta completa (o planta entera)
es la que mejor se adaptada al ensilaje.
La
particularidad de poder utilizar toda la planta y conservarla de una manera
simple y segura como alimento energético para rumiantes, suma un atributo a los
ya vastos que tiene el grano con sus diversas razas y tipos.
En
alimentación humana el maíz harinoso y el dulce son los más utilizados en forma
directa en el mundo y en América Latina en particular. En forma indirecta, se
agregan los productos surgidos de la industria como edulcorantes para diversos
usos en panificación y bebidas entre otros, alcoholes en varias bebidas, almidones
como componentes en un sinnúmero de alimentos, aceite y productos derivados,
maíz dulce fresco y enlatado y finalmente saborizantes, colorantes, salsas y
muchos más. Todos los usos de los derivados industriales mencionados
anteriormente representan alrededor del 20% del consumo interno de grano en
nuestro país. El 80% restante del consumo interno es para producción animal,
principalmente en vacunos, aves y cerdos, en ese orden en Argentina, como ya
vimos en otra entrega. Como subproductos de la industria con destino a la
producción animal hay que sumar harinas zootécnicas, gluten meal y gluten feed,
provenientes de la molienda seca y molienda húmeda del grano de maíz.
En
la alimentación animal ya vimos en otra entrega el uso proporcional para
rumiantes, aves y cerdos, Ahora nos centraremos en la utilización como grano y
como planta entera para la producción de carne y leche y haciendo un análisis
comparativo del destino del cultivo para grano y del uso del cultivo para
silaje de planta entera.
Para comenzar podríamos describir
qué pondera un productor de maíz cuando decidió su siembra. A) Puede ser
simplemente un productor de grano para la venta tanto para el consumo interno
como para exportar. Este tipo de productor no participa directamente en el uso
que se le dé al mismo. B) Una alternativa es que una vez decidida la siembra no
sepa qué proporción y qué uso hará del mismo hasta el momento de la cosecha.
Dentro de esta categoría puede haber productores que conserven una parte para
la hacienda o producción porcina y aviar. O que según el estado de sus pasturas
y sistema productivo (suponemos que tiene vacunos) decida antes de madurez
fisiológica picar una parte para silaje. Este tipo de productor, considera de
antemano, que el híbrido que sembró es apto para cualquier destino. Es probable
que quien le vendió el híbrido lo asesore razonando en consonancia con esas costumbres
generalizadas. C) Una alternativa más profesional y racional es que al momento
de la siembra sepa las necesidades de grano y de silaje para su propio
establecimiento y sólo se acomodarán las superficies para cada destino según
las condiciones de desarrollo de los cultivos. Seguramente tendrá un híbrido
granífero de punta y un híbrido doble propósito (denominación vasta y poco
precisa, que ya veremos en otra entrega) o con aptitud silera. Ya mencionamos
en otra entrega que hay híbridos graníferos que tienen mejor comportamiento
como sileros y hasta ahora, específicamente sileros no hay, aunque alguno pueda
tener un gen como el bm3 (nervadura
marrón) o alguna combinación convencional patentada (no OGM) que los hace más
competitivos por el valor nutritivo de la planta entera.
Los
tres ejemplos mencionados en el párrafo anterior, simplifican la realidad y la
hacen más comprensible para nuestro objetivo, pero variantes y combinaciones de
las tres pueden encontrarse en gran cantidad.
El título de esta entrega alude a la
importancia del silaje de planta entera y se mencionan a las pasturas en
general y a las de alfalfa en particular. Se hizo con la finalidad de resaltar
la importancia del silaje complementando y suplementando pasturas de todo tipo,
aunque reconociendo la importancia de las pasturas de alfalfa por su aporte
seguro y prolongado de proteína y fibra de bajo costo. No está de más resaltar
aquí que la alfalfa es la especie forrajera más importante a pesar de la
sojización y que el silaje de planta entera (principalmente maíz y sorgo) incrementó
su participación gracias a la sojización.
El rol del grano de maíz en la
alimentación de los rumiantes no necesita que se lo promueva. Lo que vamos a
aclarar es que no siempre el grano es utilizado bien y mucho menos en forma
planificada o programada. Como es una salida relativamente simple, aunque más
costosa, ante la falta de pasturas y silajes es a lo primero que se recurre,
algo esperable y a grandes rasgos conveniente para esos casos. Ratificamos
entonces que el grano estará presente en cualquier sistema en algún momento y
forma parte de la dieta diaria en un sistema intensivo. Utilizado
equilibradamente y eficientemente, el grano asegura más producción a más bajo
costo.
Cuando mencionamos la planificación
de los cultivos y de las proporciones necesarias de grano y silaje como una
manera más racional de disponer de dietas más equilibradas y acorde a las
necesidades de las categorías de animales y grado de intensificación, estaban
implícitos tres componentes básicos de la dieta: pasturas, forrajes conservados
y granos. Y según categorías de animales y sistemas productivos en un extremo
estarían sólo las pasturas y en el otro extremo una gran cantidad de forrajes
conservados y concentrados (con una gran participación de granos). La
planificación que proponemos y que productores de punta practican, es una
ecuación simple que considera esos tres componentes del sistema y donde se
conciben siembras, cultivares, ciclos y rotaciones para producirlos según los
requerimientos de los animales del sistema. En el otro extremo estarían ajustes
diarios o semanales no programados, generados por circunstancias propias del
sistema o de precios del mercado, algo más parecido al tradicional “revoleo”
que dedica más tiempo a la compraventa que al manejo productivo, tanto de los productores
como de los asesores del sistema.
Sintetizando, el silaje
de planta entera en cantidades y calidades acordes a las necesidades del
sistema productivo, valoriza aún más el aprovechamiento del grano como
suplemento o como parte del concentrado y complementa a las pasturas de todo
tipo, anuales o perennes, gramíneas o leguminosas. El silaje es un alimento
suplementario y complementario porque tiene energía y fibra. Energía del
almidón del grano y fibra del resto de la planta que es también un componente
energético y regulador de la actividad ruminal. Por eso es suplemento y
complemento a) de pasturas con altos niveles de proteína, b) de pasturas con
bajo contenido de Materia Seca, c) de dietas con altos niveles de concentrado
aportando fibra y evitando trastornos ruminales, Y un buen silaje con
contenidos de grano alrededor del 40% del total de la MS, aporta hasta el 50%
de las dietas TMR de animales de alto requerimiento. O sea, el silaje de maíz
de planta entera aporta como suplemento, como complemento y puede ser el
principal componente de una dieta. De ahí su uso generalizado en la ganadería
mundial y su participación incipiente pero firme y en evolución permanente en
nuestro país. La sojización aceleró un proceso que más tarde o más temprano se
hubiera dado de todas formas.