La relación entre los cultivos,
por ejemplo soja/cereales es cada vez mayor y se debe a que se obtiene un mayor
margen, menor riesgo y menor costo con la soja. Pero no sólo afecta la relación
entre cultivos leguminosas/gramíneas, sino que las pasturas tradicionales
disminuyeron la superficie a menos de la mitad ya que muchos suelos con algunas
limitantes o más aptos para pasturas, actualmente están sembrados con soja. Cuando
analizamos la relación soja/maíz y sorgo para silaje, la misma no es comparable
con la relación cuando esos cultivos son para grano, ya que no se puede
reemplazar el silaje energético de estas dos gramíneas por la soja en un
sistema ganadero o agrícola-ganadero. Tampoco el margen es comparable, ya que
el silaje para usar en el propio establecimiento sufre una transformación en
origen produciendo carne o leche con valor agregado y es un alimento estratégico
para esas producciones pecuarias, ya sea por el costo o por lo que significa el
aporte de fibra y energía a los rumiantes. Aquí conviene resaltar nuevamente el
aporte estratégico de la fibra y energía de los silajes. Y también conviene
destacar que el grano, ya sea de maíz o de sorgo, ven favorecido sus márgenes
con respecto a la soja si son utilizados en el establecimiento como suplementos
del pastoreo o en raciones.
Con el panorama de la sojización
y sus relaciones con la agricultura y la ganadería del párrafo anterior, ahora
detallaremos la evolución de los cultivos para silaje y lo que generó en todo
el sistema productivo de carne y leche, pero sin abrir juicio sobre la
sojización sino sobre sus consecuencias para la evolución y cambio del panorama
de las forrajeras y de los forrajes conservados, recalcando lo ya expresado en
otra entrega, es decir, que la sojización no tiene marcha atrás, a lo sumo
adecuaciones con intercultivos, cultivos de cobertura y otras prácticas
disponibles con sustento técnico.
Los cultivos para silaje se
concentran en unas pocas especies gramíneas y leguminosas como maíz, sorgo,
cebada, alfalfa y soja. Para estas últimas el desarrollo y utilización de
inoculantes permitió el ensilado de estas especies para condiciones especiales
de requerimientos proteicos. Pero los suplementos proteicos de diverso origen
siguen siendo los más importantes así como el aporte de la alfalfa en pastoreo
y como heno. Con el fenómeno de la sojización se manifestó más la necesidad de
recurrir a forrajes conservados energéticos para los sistemas de producción
donde las pasturas disminuyeron su participación o fueron desplazadas a suelos
con menor aptitud, generalmente con limitantes edáficas. De esos cultivos
sobresalen la Moha de Hungría para heno y el maíz y el sorgo para silaje de
planta entera.
Con la sojización hubo dos fenómenos
en la ganadería:
1)
El desplazamiento de la hacienda, principalmente
a suelos de menor aptitud y en superficies concentradas y reducidas. Eso
ocurrió en mucha mayor proporción que los desplazamientos regionales o entre eco
regiones. Eso se confirma porque la mayor concentración de la ganadería se mantiene
en las mismas provincias (ver mapa SENASA)
2) La intensificación de los sistemas de
producción. Este fenómeno puede analizarse y enfocarse de diversos ángulos,
aunque observado desde los forrajes conservados tuvo la particularidad de
generar una explosión de cultivos anuales forrajeros en desmedro de las
pasturas tradicionales y de esos el maíz para silaje triplicó la superficie en
una década, acompañado por el sorgo en regiones subhúmedas y semiáridas como en
suelos de menor aptitud de la región húmeda y por la moha para heno en todas
las regiones húmedas, subhúmedas y semiáridas.
Ahora veamos la importancia relativa que tienen las principales especies con valores promedio que pueden variar según zonas pero que no alteran ni cambian el orden de importancia de cada especie:
Los cultivos más importantes para silaje de planta entera son el maíz y
el sorgo ya que juntas representan alrededor del 75% de los forrajes
conservados de cultivos anuales. Los rollos de moha suman alrededor de 10% y el 15% restante es de
silaje de grano húmedo y otros forrajes conservados de cultivos anuales.
La forrajera perenne más importante para heno es la alfalfa,
mayoritariamente en forma de rollos, ya que representa alrededor del 85% de los
forrajes conservados con especies perennes a lo que hay que adicionar alrededor
de 7% más de alfalfa que se utiliza para silaje.
Entonces, de las especies forrajeras perennes de la región ganadera central la alfalfa aporta más del 90% de los forrajes conservados y el maíz y el sorgo el 75% de los forrajes conservados de cultivos anuales y alrededor del 95% del total de silajes fibro-energéticos.
Volviendo al mapa de la distribución de la hacienda, es indudable que la alfalfa, el maíz y el sorgo principalmente y a través de sus henos y silajes reemplazaron y compensaron la disminución de las pasturas en la región de mayor densidad ganadera. La cantidad y calidad de esos forrajes conservados irá en aumento por dos razones: No se hacen aun henos y silajes en las cantidades necesarias, aunque lentamente se esté revirtiendo y 2) porque todavía parte de ese déficit es cubierto por granos de maíz y sorgo como suplemento o como parte de la dieta. Nos referimos a la parte de la dieta que debería aportar fibra y energía pero sin desconocer que esos granos también son parte indispensable de la suplementación o de las dietas para distintas categorías y sistemas de producción y agregan valor en origen.