viernes, 1 de enero de 2021

La suspensión para exportar maíz beneficia al Feedlot y no incentiva la utilización del silaje

    Como ya hemos mencionado en este Blog de distintas maneras, el grano de maíz se utiliza en exceso para la producción de carne y leche, porque es una alternativa simple aunque costosa, a la escasez de forrajes en general y de forrajes conservados en particular.

   Las soluciones a los problemas técnicos desde la política siempre generan el efecto contrario a los considerandos incluidos en las medidas. En este caso en particular, planteado en el título sólo en el aspecto técnico y en relación a este Blog, se fomenta mayor sojización en lugar de impulsar la creatividad tecnológica y las alternativas para producir más carne y leche con la menor cantidad de grano posible en la dieta de los rumiantes. Por ejemplo y en este aspecto, la utilización en mayor proporción de silaje de maíz con la planta entera picada, estaría aportando un 45% de grano en promedio con valor agregado y sin ningún tipo de arancel directo o indirecto para el grano producido por la planta entera picada. 

   Todos los actores de la producción animal deberían estar incentivados a ser más eficientes y sustentables, desde la producción de pasto para pastoreo directo como para la producción de forrajes conservados y de granos y la generación y utilización de subproductos. Dentro de los subproductos, los obtenidos por la molienda húmeda del maíz como los generados en la producción de alconafta deberán considerarse cada vez más en la producción integral de carne y leche. Esa producción de todas las partes deberá complementarse o integrase para lograr mayor eficiencia y sustentabilidad. Esas partes o actores mencionados incluyen la cría, recría y engorde en la producción de carne bovina y tenemos evidencias de que pueden y deben mejorar su eficiencia y sustentabilidad en la mayor parte de los establecimientos, siendo pocos todavía los que ya pusieron en práctica las tecnologías y lograron esa eficiencia. Algo similar ocurre en la producción de leche.

    Tanto los feedlot como los tambos, ya no sólo deberán considerar la producción de pasto, de forrajes conservados, de granos y la utilización de subproductos, sino también la producción de bioenergía y fertilizantes con el tratamiento de efluentes líquidos y sólidos.

     Los forrajes conservados en general y el silaje de planta entera de maíz en particular son alimentos estratégicos para la producción de carne y leche con los rumiantes, por lo que se deberá incentivar su producción en forma eficiente y sustentable, sin competir con la producción y exportación de grano de maíz sino complementando su utilización con los rumiantes y de esa forma dejar más grano disponible para los monogástricos y la exportación

Como conclusión de lo planteado en los párrafos anteriores y reforzando lo desarrollado en otras entregas de este Blog, el silaje de maíz de planta entera es un suplemento energético insustituible para los rumiantes, aporta grano y fibra a la dieta, se conserva por largos períodos y se puede producir en el mismo establecimiento con altas producciones por unidad de superficie y calidad, lo que abarata el kg de materia seca digestible producida. Es por ello que debería considerarse en los análisis técnicos para lograr que el silaje de planta entera se utilice en proporciones mayores a las actuales, no sólo en feedlot sino también en todo el sistema de producción de carne y leche con rumiantes. Es necesario aclarar aquí, que varios actores del sistema productivo ya lo pusieron en práctica y comprobaron las bondades. Se estima que cerca de 2 millones de hectáreas son ensiladas cada año, de las cuales alrededor de dos tercios corresponden a maíz (CACF, https://www.ensiladores.com.ar/)

miércoles, 19 de junio de 2019

Conjunto de términos técnicos relacionados al blog que son frecuentemente mal utilizados.

Es común encontrar publicaciones de todo tipo, desde las periodísticas, de divulgación técnica o de publicaciones científicas que por ejemplo arman algo (ficticio), como la siguiente frase (o algo similar pero con la misma nomenclatura):

      Producir carne o leche con el maíz (silo y grano) con la nueva genética de la empresa ha permitido pasar de 25 a 35 litros de leche por vaca en ordeñe con la misma genética y suplementar el ganado de carne en pastoreo durante un período mayor con grano y con silo en autoconsumo.


En rojo los términos mal utilizados. Algunos ya los vimos en la tercera entrega, el 12 de diciembre de 2013. Como el término silo, que es el continente (estructura que contiene), Al mencionar silo y grano se quiso referir al silaje y al grano, dos alimentos obtenidos del maíz, el primero por picado y fermentación anaeróbica de la planta entera y el segundo por cosecha y trillado de espiga o mazorca.

En general esos maíces utilizados son cultivares, predominantemente híbridos y lo que se denomina como genética es el nuevo germoplasma o el genotipo específico, el híbrido. Es muy común denominar "Maíz Silo", cuando se quiere referir a "maíz para silaje".

Para referirse a la producción o el potencial de los bovinos, se menciona también el efecto de "su genética"o peor aún, de su "alta genética". No es "su genética", sino el genotipo del animal o sus antecedentes, registros y selección en el proceso de mejoramiento genético, en el que la raza y sus características juegan un rol importante. No se mejora la genética sino los genotipos. De aquí surgen tres términos: Fenotipo, para referirse a su aspecto o características visibles en el animal; Genotipo, que define una combinación de genes determinada, generalmente producto de selección y que aún se reemplaza por sangre y Raza, como grupos diferenciables por el fenotipo que se perpetúan por herencia de generación en generación.
                                             
También, la suplementación del pastoreo o en animales confinados utiliza granos y silaje. Éste puede ser obtenido de un silo-bolsa o silo puente (que contiene al silaje) mediante el autoconsumo por los animales, o sea sin extracción mecánica del silaje o por extracción mecánica del silaje y posterior distribución. Cuando se extrae mecánicamente con palas o fresas, se extrae silaje del silo.
Bien escrito y bien utilizada la terminología, la frase del inicio sería algo así:

      Producir carne o leche con el maíz (silaje y grano) con el nuevo germoplasma de la empresa x con los híbridos (ficticios) HF 369 y HG 2D37, ha permitido pasar de 25 a 35 litros de leche por vaca en ordeñe con el mismo rodeo y suplementar el ganado de carne en pastoreo durante un período mayor con grano y con silaje en autoconsumo.


Genética es la disciplina de la ciencia que estudia los mecanismos de la herencia. El término genética no debe utilizarse para referirse al germoplasma, ni a los antecedentes de selección, ni a las características de los cultivares, ni a las características de los animales. Para ello está la terminología detallada más arriba.
Algo similar ocurre con el uso del término Ecología, que es la disciplina que estudia las relaciones entre los organismos vivos y el medio en el que viven y frecuentemente se lo utiliza mal, reemplazando con la palabra Ecología, al medio, al ambiente o al entorno en los ecosistemas.

La combinación de los alimentos puede ser de varias formas según el sistema y el grado de intensificación. En las siguientes combinaciones de dietas para rumiantes, se puede apreciar que el silaje es el alimento y no el silo como frecuentemente se menciona:
     
      Pasto + Suplementación estratégica
      Pasto + Silaje + Grano
      Pasto + Heno + Grano
      Pasto + Silaje + Concentrado
      Pasto + Heno + Silaje + varios subproductos 
      Silaje + Heno + Grano + varios subproductos


Recordemos que la carne vacuna y la leche se producen con 

pastos, henos, silajes y granos,

y en algunas dietas, concentrados, núcleos y/o subproductos agroindustriales

Tener presente que los pastos refieren a cualquier forraje consumido en pastoreo o  mediante corte y suministro (pastoreo mecánico) provenientes de pasturas cultivadas o de pastizales de diferente condición según su composición florística.

Esta entrega complementa a la referida a Nomenclatura del 12/12/2013, que fue una de las más visitadas, aunque luego de 6 años se sigue utilizando erróneamente la nomenclatura, demostrando desconocimiento o falta de interés por la precisión. Es por ello que insistimos con la precisión en el uso del vocabulario técnico, en un Blog tecnológico como este. 


lunes, 4 de febrero de 2019

El pasto y los forrajes conservados en el centro de la brecha tecnológica en ganadería.

Las brechas tecnológicas en ganadería bovina, según los resultados experimentales que incluyen los lotes demostrativos y de productores de punta comparados con el promedio de los sistemas ganaderos de Argentina, son muy grandes y son además, la contra cara de los sistemas agrícolas tanto en productividad como en adopción de tecnología de insumos y de procesos. Esas brechas tecnológicas en los sistemas ganaderos son tan variables como la cantidad de sistemas diferentes según regiones, productos (carne/leche), alimentación, grado de intensificación y exigencias de los mercados. La premisa de esta entrega, para relacionar el pasto y los forrajes conservados con esas brechas considerará también la sostenibilidad económica y ambiental. Y no está demás insistir que se trata de sistemas productivos que utilizan rumiantes, animales con un digestor biológico asombroso para digerir la fibra de los vegetales en general, del pasto en particular y de los sub-productos agrícolas e industriales que el hombre no puede consumir.
La complementación del pasto y del pastoreo con los forrajes conservados ya lo hemos tratado. Aun con los pastizales y pasturas degradadas (que deberían desterrarse), se disminuye la ineficiencia de esos sistemas, incorporando, por ejemplo, silaje de maíz que es además un paso previo para iniciar un cambio integral más tecnológico y más adaptado a nuestro tiempo.
Lo que se quiere instalar en esta entrega es la posibilidad de mejorar la producción y la utilización de estos dos insumos, pasto y forraje conservado, con otros insumos (granos, subproductos, núcleos y/o balanceados) y con procesos (pastoreo, semiestabulación, estabulación, tratamiento y distribución de efluentes) en sistemas muy diversos.
La diversidad de sistemas ganaderos posibles y sostenibles (mucho menos que los sistemas existentes) incluye siempre al pasto de una pastura o un pastizal, aun en sistemas estabulados o terminados a corral y para las categorías de animales previas al encierro.
      Es en la producción y utilización del pasto donde la brecha tecnológica es mayor e inaceptable para nuestro tiempo con la disponibilidad de insumos y procesos relacionados con esa producción. Si bien esas producciones son diversas y en diversos ambientes, todas dependen de tres elementos básicos para planificación y control: 1) Semillas de cultivares de punta, de pureza e identidad certificada y legalizada; 2) Pautas de manejo agronómicas, manejo de la pastura y manejo del pastoreo y 3) Fertilización de arranque, inoculación de leguminosas, descansos y desmalezamientos que prolonguen la perennidad en especies perennes y aseguren el potencial productivo en las anuales. Éstas últimas con fertilizaciones que aumenten la producción de materia seca y disminuyan el costo por unidad de superficie. 
      La brecha tecnológica está relacionada en segundo lugar con los forrajes conservados. Ya sea por la falta o carencia de los mismos en el sistema o por cantidades insuficientes o de baja calidad nutritiva en los forrajes conservados disponibles.
  
      La brecha tecnológica mencionada es consecuencia de muchos factores relacionados con el trabajo, la tecnología, la complejidad de la actividad, lo social, la tenencia de la tierra y lo económico-financiero. Esa complejidad multifactorial la asociaremos en los párrafos siguientes con opiniones de poco sustento tecnológico, con modas o costumbres por tiempo determinado también sin sustento y con factores tecnológicos directamente relacionados al tema

El grano, en especial el de maíz por practicidad (y en muchos períodos también por bajo precio) se utilizó y utiliza en exceso, atenta contra el bienestar de los rumiantes y enmascara la ineficiencia en la producción y utilización del pasto en pastoreo. No es casual que el consumo interno del maíz está liderado por la ganadería. Si ese grano estuviera bien complementado con el pasto y con los forrajes conservados, la producción nacional de carne y de leche sería mayor, más eficiente, más sustentable, con mejor bienestar animal y sin duda más rentable.

Las distintas formas de encierro de animales con dietas más o menos controladas o la estabulación con dietas TMR pueden responder a solucionar una parte de la complejidad multifactorial mencionada y con eficiencia productiva o bien pueden ser situaciones no planificadas o generadas y planificadas a las apuradas sin un análisis previo de los alimentos y de la nutrición requerida. Ninguna de las situaciones mencionadas, ni otras que el lector puede conocer o imaginar, justifican las pasturas degradadas, el pastoreo irracional o la falta de pasto en el sistema, salvo en sequías prolongadas o incendios, situaciones en las que los forrajes conservados bien planificados contrarrestan en buena medida.

Evitar el pastoreo o directamente anunciar la muerte del pastoreo, aun para los tambos más tecnificados, está muy lejos de la realidad, más cerca de la ineficiencia del sistema y en casos muy aislados por el aprovechamiento de subsidios energéticos con sobreprecio para generar gas/electricidad con los desechos que sólo pueden implementar unas pocas empresas agropecuarias. Como contrapartida, Nueva Zelanda produce leche a pasto con biotipos animales adaptados.

Argentina está abandonando la producción de carne a pasto, una speciality  difícil de encontrar en el mundo. Para compensar ese desatino, las asociaciones de productores de razas carniceras que ni siquiera se han preocupado por un biotipo animal adaptado a esa speciality han generado por mercadotecnia marcas comerciales con el nombre de la raza. Con mercadotecnia se pretende confundir y al mismo tiempo esconder estudios serios y evidencias concretas que demuestran la mejor calidad organoléptica y nutraceútica comparada con la carne de feed lot, una commodity. A los que pregonan que el pastoreo ha muerto, tal vez habría que recordarles que se está matando a la carne argentina como speciality, en condiciones internacionales favorables para el futuro cercano. Esa mentalidad de copiar o adaptar tecnologías, modas y mercadotecnia en algunas de nuestras producciones se vio muy claro ante la debacle de SanCor. Una Cooperativa neozelandesa estuvo entre los oferentes para adquirir SanCor. Los cooperativistas neozelandeses producen leche con 80% de pasto y llega a 90% la utilización del pasto si se considera el rodeo completo incluyendo las vacas secas y tienen una Cooperativa floreciente. Nuestra ganadería en general, hace más de 50 años que viene enmascarando ineficiencias y sólo la incorporación paulatina del silaje con la activa participación de la Cámara de Contratistas Forrajeros (CACF) desde 2003 ayudó a complementar, estabilizar y hacer más previsible la producción de carne y leche.

Resultado de imagen para Brecha tecnológica ganadería mundial FAO
https://www.soberaniaalimentaria.info

En este siglo de los fundamentalismos, no sólo religiosos sino también alimentarios y en contra de los sistemas agropecuarios modernos, ponen al mismo nivel a los rumiantes que a los desatinos generados por el hombre en el consumo excesivo de energía, en armamentos y en la ambición desmedida. En el siguiente documento de la FAO se anticipaba ese fenómeno relacionándolo al pasto, el pastoreo y el ganado:

          La FAO en 1993 en un documento sobre la desertificación y el papel del ganado (http://www.fao.org/docrep/x5320s/x5320s0e.htm), plantea en parte, los mismos ensañamientos con el ganado que llevan a informaciones falsas e interesadas. Si bien no nos extenderemos en el análisis de ese documento, se rescata lo siguiente de su Introducción: "Los grupos de intereses especiales, en particular los vegetarianos, están culpando al ganado doméstico, particularmente el ganado vacuno, por las calamidades del mundo, que van desde el calentamiento global hasta la pobreza, la deforestación, la contaminación del agua y la desertificación. No obstante, los científicos afirman que estas acusaciones no están basadas en hechos, simplemente son repetidas por los medios noticiosos. El público está siendo mal informado y no es sorprendente que muchas personas apoyen el llamado hacia un renacimiento ecológico eliminando el pastoreo del ganado doméstico".
                                                                                                                                                                   

miércoles, 10 de febrero de 2016

La utilización del grano para encerrar animales en engorde, ocultaba las ineficiencias del sistema

Hay algunas evidencias y desafíos referentes a la alimentación del ganado vacuno en general y para producir carne en particular:

            Primera evidencia: el pasto es el alimento principal de los rumiantes y la disponibilidad del mismo condiciona  tanto la producción de carne y leche como la posibilidad del uso del grano. En el ciclo ganadero de carne y aún en el ciclo lechero, el pasto es el alimento más utilizado. Alrededor de 77% en la producción de carne y 65% en la producción de leche. En los rumiantes el uso racional del grano necesita del uso racional del pasto, a diferencia de otras actividades independientes del pasto, como la producción de cerdos, aves y peces basadas en granos. Para la producción actual es necesario mejorar la disponibilidad y calidad de las pasturas sin incrementar la utilización del grano, que por su practicidad se recurre en exceso y considerar como prioritario un leve incremento de la disponibilidad de silajes mejorando la confección de los silos y el suministro de los mismos. Quedará demostrado que quienes tengan mayor eficiencia en el manejo de sus sistemas estarán más aptos para enfrentar la situación.
            
                    Segunda evidencia: el grano y el silaje suplementan a la producción de pasto y referido al maíz, la ganadería utiliza hasta 7 mill. de t de grano (con el pasto disponible en la actualidad) repartidos groseramente como 4 mill de grano en ganadería de carne y 3 mill de grano en ganadería de leche. Hay otros 4 mill de grano que utiliza la ganadería que provienen del silaje de más de 1.000.000 de ha que tienen en promedio 35% de grano. Actualmente la ganadería vacuna consume 11 millones de toneladas de grano, el principal destino del mismo para consumo interno. La ganadería de carne consume la mayor proporción con 55% del total. La corrección que se dio en el valor del grano de maíz, que tarde o temprano se iba dar, demostró una vez más que no se podía disponer permanentemente de un insumo estratégico a valores iabsurdos de 80/90 dólares por tonelada. Para aumentar la eficiencia en el uso de granos y silajes, también será necesario buscar un equilibrio entre granos y silajes acorde a las necesidades de un rumiante y a su bienestar, así como intervenir en la mejora de la confección de los silos y el suministro de los silajes.
                        

                                      Desafío: Mantener la proporción de pasto y de fibra que necesita un rumiante y mejorar la calidad de esos componentes para hacer más eficiente la producción ganadera sin necesidad de transformarlos en monogástricos ineficientes, sin comprometer su bienestar y preservando el ambiente y la sustentabilidad de los sistemas productivos


Raúl Milano: "Con maíz barato, cualquiera encerraba animales y ocultaba sus ineficiencias" Para el director ejecutivo de Rosgan, el aumento del valor del cereal generará un ajuste en el sector de los engordadores

De ahí que el título de esta entrega refiera a la utilización del grano para encerrar animales, al que por su practicidad y precio se recurrió en exceso, lo cual ocultaba las ineficiencias del sistema. 



El pasto es la hierba, forraje o componente herbáceo de la pastura de la que se alimenta el ganado. El pastoreo puede definirse como el consumo directo del pasto por el ganado en el campo.

Los cuatro alimentos básicos del ganado vacuno son:

Pasto, generalmente de pastizales naturales, de pasturas de gramíneas y leguminosas mayoritariamente y de verdeos estivales e invernales de gramíneas.


Heno, forraje conservado cortado y desecado en cortos períodos con movimientos circulares y acumulación en andanas para facilitar la recolección y compactación en parvas, fardos, rollos y megafardos.


Silaje, de maíz, sorgo y cereales de invierno granados. También de gramíneas en floración y excepcionalmente de leguminosas complementadas con inoculantes específicos para la fermentación.


Grano, de maíz, de sorgo y excepcionalmente otros cereales.



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¿De qué se alimentan los Bovinos en Argentina?


Argentina se caracteriza por sus sistemas pastoriles en pastizales y pasturas cultivadas. La fuerte agriculturización de los últimos años, especialmente por el aumento de superficie cultivada con soja, relegó buena parte de las pasturas a los suelos con menos aptitud agrícola. Hubo una disminución de las superficies de las forrajeras de especies templadas anuales y perennes, en promedio a valores cercanos al 50%, que afectó a la disponibilidad de pasto. El reemplazo de ese faltante de pasto se efectuó mayormente con granos de maíz y sorgo y con silajes de planta entera de ambas especies. Como vamos a desarrollar en los párrafos siguientes, aún con esos cambios generados por la agriculturización, el pasto sigue siendo el principal alimento de los rumiantes para carne y leche. En el ciclo ganadero de carne y aún en el ciclo lechero, el pasto es el alimento más utilizado. Alrededor de 85% en la producción de carne y 75% en la producción de leche.


La carne vacuna y la leche se producen con 

pastos, henos, silajes y granos
           
      En Argentina, podemos afirmar que el ganado vacuno para producir carne de lo que consume 80% es pasto en pastoreo. Si afinamos un poco más, podríamos especificar lo que consume como pasto, heno, silajes y grano. Según el sistema de producción y la región, el ganado puede consumir dos de los grupos de alimentos (pasto y heno o pasto y grano), tres de los grupos (pasto, heno y grano) y finalmente los que utilizan los cuatro tipos de alimentos, que con la evolución del silaje en la última década, el mismo llegó a más sistemas de producción y a diferentes categorías de animales a lo largo del año. Alrededor de 600.000 ha de maíz para silaje son destinados a la producción de carne, ya sea a la vaca de cría en períodos críticos, en la recría y cada vez más en la terminación de novillos. Juan Elizalde y Sebastián Riffel (2013) en El pasto: clave para aprovechar el maíz estiman que por ciclo ganadero se utiliza 8% de grano. Con el aporte del grano del silaje que mencionamos, esa cifra que mencionan esos autores, estaría cercana al 12% de grano por ciclo ganadero de carne ya habría que sumar unos 2,5 millones de toneladas de grano del silaje. Estos datos son estimaciones suponiendo al menos 600.000 ha de maíz para silaje para producir carne y considerando un rendimiento de 12 t de MS/ha y 35% de grano. El 87% restante lo aportan los pastos y suplementos de henos y de la planta de maíz (del silaje). Resumiendo y según los valores de referencia considerados, para producir carne se utilizan: en mayor proporción pastos (de pasturas y pastizales), henos (mayormente de alfalfa, moha y pajas o residuos de cosecha), silajes (principalmente de maíz y también sorgo y algo de cereales de invierno) y granos. La ganadería de carne en Argentina es la actividad de transformación del maíz en el mercado interno que más grano consume. Cuatro millones de toneladas de grano de maíz son dedicadas a esta actividad.
            
      Coincidiendo con la opinión de los especialistas Juan Elizalde y Sebastián Riffel sobre la Ganadería de carne, aunque considerando henos y silajes además de granos y pasturas, el pasto es el principal alimento y es clave para aprovechar el grano de maíz.


De acuerdo a nuestra experiencia y la bibliografía podemos afirmar que:
El pasto: es el alimento principal y más voluminoso que consume el ganado de carne y es clave para aprovechar el grano de maíz (Elizalde y Riffel)
El grano de maíz: es estratégico en la alimentación y para mejorar el manejo del pastoreo, permitiendo además el descanso de los pastizales
El silaje de maíz: alimento energético fibroso y suplemento estratégico e insustituible en ganadería, que junto al grano y a los henos también permite el manejo más adecuado del pastoreo y el descanso de los pastizales.
Nuestra estimación aproximada y mejorable del forraje que actualmente consume el stock ganadero argentino para producir carne, es la siguiente:

30 millones de vacas y vaquillonas consumirían 95 millones de t MS/año de pasto principalmente
13,5 millones de terneros necesitan al menos 11 millones de t de MS/año
8.5 millones de novillos y toros necesitan al menos 20 millones de t de MS/año

Aproximadamente 125 millones de toneladas de MS necesarias, de las cuales:
            100 millones de toneladas de MS del pastoreo de pasturas y pastizales
            15millones de toneladas de silajes y henos
            4 millones de toneladas de grano de maíz
            1 millón de toneladas de grano de sorgo
            4 millones de toneladas de otros alimentos
Para producir carne en Argentina y durante todo el ciclo ganadero:
            80% del alimento es del pastoreo con calidades muy variables
            12% proviene de forrajes conservados como silajes y henos
             4% lo aportan los granos
             3% lo aportan otros alimentos


Si analizamos el rol del grano, del silaje y de los henos en la ganadería de carne, veremos que son alimentos necesarios y estratégicos para producir carne de calidad y eficientemente y son el complemento ineludible del principal alimento que es el pasto producido en un sinnúmero de situaciones variadas y extendidas a lo largo y ancho del territorio nacional.

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miércoles, 15 de abril de 2015

Mejorar la estabilidad aeróbica de los silajes para preservar al máximo la calidad nutritiva





Entrega de opinión - revisión relacionada al blog

El objetivo de los forrajes conservados es producir grandes cantidades de materia seca para transferirlas a períodos de escasez o a la dieta de todo el año, preservando la calidad cuasi original del forraje en el momento del corte.
  •         En el caso de la henificación, mediante procesos de corte, movimientos mecánicos y secado que permitan preservar fundamentalmente el valor nutritivo en el heno.
  •          En el caso del ensilado, un proceso mecanizado muy controlable y bastante independiente de las condiciones climáticas, es posible preservar con más facilidad la calidad del forraje tal como se encuentra al momento del picado. El proceso fermentativo ideal se consigue con tamaño de picado y compactación e inoculantes más o menos efectivos según la naturaleza del forraje. El cuello de botella para los silajes sigue siendo el momento de la utilización y distribución, que resulta más complicado a medida que las temperaturas del ambiente aumentan, ya que anteriormente los silajes se utilizaban sólo en la temporada invernal y ahora son parte de la dieta en buena parte del año en los sistemas semi-intensivos y  todo el año para los sistemas intensivos que necesitan dietas equilibradas.


Para mejorar la estabilidad aeróbica y preservar al máximo la calidad nutritiva y la energía de los silajes, como así también para mejorar la fermentación en el proceso de ensilado, hay disponible una gran cantidad de aditivos bacterianos o también llamados inoculantes, que tienen diferentes modos de acción y por ende distintos propósitos. Tomaremos como referencia bibliográfica en esta entrega, un artículo del INTA del Ing. Agr. Ph.D. Oscar C. M. Queiroz, complementando con información de Empresas de Inoculantes.


Los aditivos bacterianos son de dos tipos principales: a) los que transforman rápidamente la glucosa en ácido láctico, que acidifican prontamente a la masa de forraje y la conservan, como se dio tradicionalmente en los silajes; b) los que además de ácido láctico, producen etanol, CO2, y ácido acético durante la fermentación, pero lo que los hace atractivos es que también generan agentes anti fúngicos como acetato y propionato, que ayudan a la estabilidad aeróbica. A las bacterias descriptas como tipo a) se las denomina Bacterias Homolácticas y a las del tipo b) se las conoce como Bacterias Heterolácticas. Todas estas bacterias tienen diferentes funciones y actúan en distintas fases del proceso de ensilaje. Comercialmente se presentan como inoculantes que contienen distintas cepas y diferentes proporciones de bacterias seleccionadas según marca y destino. Las especies bacterianas de cada tipo, mencionadas como a) y b), son las siguientes:

Bacterias Homolácticas
           Lactobacillus plantarum
           Pediococcus pentosaceus
           Enterococcus faecium

Bacterias Heterolácticas
           Lactobacillus buchneri
           Lactobacillus brevis
           Lactobacillus ke­firi


            Como ya expresáramos en otra entrega, cuando se comenzó el ensilado de especies forrajeras no aptas naturalmente para este proceso, hubo una inevitable necesidad de utilizar inoculantes, pero ahora con la valorización que existe del silaje, es necesario evitar pérdidas de materia seca y en especial de calidad del silaje, la que se produce por procesos aeróbicos al abrir cualquier silo, independientemente de la especie ensilada. Entonces, además de lograr una buena fermentación, se requerían herramientas para conservar mejor el silaje en el proceso de manipuleo y utilización, con lo que se comenzaron a utilizar nuevos Inoculantes y aditivos. Se seleccionaron cepas de los tres géneros de bacterias mencionadas en el párrafo anterior, para utilizarlas y combinarlas adecuadamente en los inoculantes comerciales. Para mejorar la estabilidad aeróbica, últimamente se comenzaron a utilizar las bacterias heterolácticas que mencionamos más arriba, cuyo uso ya se recomienda para todo tipo de silaje. En los silobolsa para autoconsumo, la exposición aeróbica que se produce debe controlarse poniendo las estructuras de autoconsumo en los extremos de las bolsas y con remoción rápida para disminuir el tiempo de exposición y re-oxigenación del silaje.



             Si bien, desde el punto de vista nutricional y académico se requiere encontrar un equilibrio con las especies y cepas que integren un inoculante, con especificidades y complementación, desde el punto de vista práctico hay que recurrir a los productos comerciales de reconocidas empresas que desarrollan formulaciones para la inoculación de forrajes ensilados. La adecuada concentración y tasa de inoculación  con la que serán usadas las formulaciones comerciales, son de fundamental importancia para la efectividad del producto. Como regla general  resulta oportuno resaltar conceptualmente lo referido por Oscar C. M. Queiroz: los inoculantes con bacterias homolácticas son usados para mejorar la fermentación del forraje ensilado, mientras que los inoculantes con bacterias heterolácticas son utilizados para incrementar la estabilidad aeróbica del silaje durante su utilización.


http://www.lactosilo.com/MaterialT%C3%A9cnico/Folletos/tabid/138/Default.aspx

miércoles, 25 de febrero de 2015

Evolución de los silajes durante dos siglos de uso y la necesidad actual de mejorar la estabilidad aeróbica


Entrada de opinión-revisión relacionada al Blog

Pareciera que el silaje nació en Italia en el siglo XVIII para preservar forrajes para el invierno. Era un método sencillo con microrganismos del ambiente y en condiciones anaeróbicas. Y por más de dos siglos fue así. Se basaba en los mismos principios que los encurtidos y biológicamente estaba relacionado con el proceso de la vinificación y las bebidas alcohólicas por fermentación, aunque en la elaboración de las bebidas predominan las levaduras y en la de los silajes las bacterias.



Eran todos procesos naturales y con los que se lograba avanzar para las necesidades del siglo XVIII. En el caso del silaje, sin muchos cambios o avances se llegó al siglo XX. Interesaba la cantidad más que la calidad y eran consideradas como reservas forrajeras, denominación que perduró hasta la segunda mitad del siglo XX.



Como ya expresáramos en otra entrega, fue la planta entera de maíz picada, el silaje por excelencia que universalizó este proceso de ensilar forrajes que demandó, además, mejores y más grandes picadoras con doble picado, crackers y accesorios de fácil regulación.
Como el maíz se adaptaba muy bien al ensilaje no hubo problemas reales ni cuestionamientos al proceso de ensilaje. Con la ganadería moderna, la intensificación y la eficiencia alimenticia, comenzaron algunos problemas y cuestionamientos debidos básicamente a dos razones: 1) que se comenzaron a ensilar especies no aptas para el proceso de ensilaje y 2) la necesidad de evitar pérdidas de materia seca y en especial de calidad del silaje por procesos aeróbicos al abrir el silo, suministrar o manipular el silaje. 


Los primeros silos para forrajes se reportan en el siglo XVIII, primero en Italia y luego en Europa: eran barrilles de madera con hojas pre-oreadas y compactadas que se tapaban o enterraban. Ya en el siglo XIX se utilizaban silos forrajeros de material, horizontales, como los dos que se aprecian en las imágenes y que pertenecían a La Martona fundada por Vicente Lorenzo Casares en 1889, primera empresa láctea modelo del país con 52 tambos en 7.000 ha, en la localidad de Vicente Casares, Bs. As. 
Hoy, los silos que se utilizan en nuestro país son: los tipo bunker y el silobolsa®

Para mejorar la fermentación o para conservar mejor el silaje se comenzaron a utilizar Inoculantes y aditivos, que el silaje de maíz no había necesitado si se compactaba bien para dar las condiciones de anaerobiosis. Con el  silaje de maíz, el gran cambio cualitativo fue disponer de silajes energéticos en volumen y de buena calidad, palatables luego de un corto período de acostumbramiento. El otro gran cambio cuali-cuantitativo se dio con híbridos con alta producción de materia seca de planta entera y de mejor calidad de la fibra derivados de los graníferos, pero diferenciando los estándares para uno y otro tipo. Los inoculantes que permitan la estabilidad aeróbica son los realmente necesarios para ensilar maíz y junto a los nuevos híbridos más específicos para silaje representan el tercer avance, en este caso cualitativo, luego de 25 años de crecimiento constante del silaje de maíz, que en nuestro país ya supera el millón de hectáreas, equivalente a 12 millones de toneladas de materia seca conservada, de las cuales 4.5 millones es grano.

Retomando a los inoculantes y aditivos, que como vimos son imprescindibles para otras especies de gramíneas y en especial de leguminosas, los inoculantes que mejoran la estabilidad aeróbica del silaje actualmente son imprescindibles para todos los silajes, incluido el de maíz como mencionamos en el párrafo anterior y también el sorgo. No olvidemos que en nuestro país, alrededor del 80 % de los silajes son de estas dos especies. Esa necesidad de mejorar la estabilidad aeróbica para preservar al máximo la calidad nutritiva y la energía de esos dos silajes, como así también para mejorar la fermentación o para conservar mejor el silaje del 20% restante de leguminosas y pasturas en general, en la próxima entrega haremos una síntesis de todo lo disponible en aditivos bacterianos para silaje o también llamados inoculantes, que básicamente ayudan a la fermentación y a la estabilidad aeróbica.

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REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA, UNIVERSIDAD VERACRUZANA  Mayo•Agosto de 2011,  XXIV: 2